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sábado, 16 de abril de 2016

LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS TELEFONISTAS


José del Refugio Cano M.
Nuestro entorno


En los centros operativos, en los centros de tráfico nacional e internacional, en las oficinas, en comercial, en las centrales telefónicas, y en todas las áreas, la administración de Teléfonos de México  ha generado un caos administrativo al reemplazar a la mayoría de empleados de confianza por personal ajeno a la empresa, sin experiencia, sin conocimiento del proceso de trabajo ni de la estructura de la Empresa. Pero esto no es casual ni fortuito; para Carlos Slim es mejor un personal administrativo sin arraigo laboral, sin identidad, sin empatía en  su campo de trabajo.


Al ocupar esos puestos, los supervisores sin convicción, sin conocimientos ni  experiencia, se convierten en simples instrumentos de gerentes caprichosos, con la función de contener los reclamos de trabajadores y representantes sindicales y garantizar principalmente la pérdida, en los hechos, de muchas prestaciones contractuales: es la aplicación, en los hechos, de un contrato colectivo inferior al vigente.

La falta de capacitación, la falta de pago de muchas prestaciones por supuestas deficiencias administrativas u olvidos, descuentos indebidos, la falta de herramienta, la falta de material, etc., son despojos disfrazados, robos que día tras día, semana tras semana, mes con mes, le generan a la empresa utilidades millonarias ya  que esto sucede a nivel nacional.

El personal sindicalizado, tanto activo como jubilado, somos testigos de la inoperante administración de la empresa, así como del anacronismo en nuestra representación sindical; hemos venido padeciendo una degradación en nuestra calidad de vida, degradación  en la calidad del servicio, en la vida laboral y en la vida sindical.

El método slim
Abandonar al cliente, a tal grado que sean los trabajadores los que se vean comprometidos para satisfacerle sus necesidades con sus propios recursos, sin costos adicionales, ese ha sido el método Slim, pero la vocación de servicio de los trabajadores tiene límites, no pueden garantizar cumplir con todo si no hay recursos materiales y humanos suficientes.

Solo un monopolio subsiste sin inversión
Durante muchos años no se quiso invertir en mantenimiento preventivo ni en infraestructura. Se creó una inercia en los supervisores de siempre negar el tiempo extra para todo; en fallas masivas era demasiado el retraso para corregir los daños, el cliente tenía que aguantar muchos días sin normalizar su servicio sin mayor problema para la empresa. Hasta nuestros días se tiene muy arraigada la negligencia por parte de los administradores de Telmex.

 Esto viene sucediendo desde hace varios años apoyándose sobre todo en la creencia de que aun con las llamadas medidas asimétricas, el monopolio creado por Salinas y Slim tenían las suficientes complicidades institucionales y la penetración en el mercado nacional de las telecomunicaciones  para permitirle el control del actual proceso en la aplicación de las nuevas normas en telecomunicaciones. La realidad es que  hicieron mal sus cálculos: la calidad del servicio ha caído terriblemente, los precios obviamente no son competitivos y los tiempos para ver resultados por su repentina decisión de invertir en mantenimiento correctivo, (mas no preventivo), son muy cortos, insuficientes.

Esto es resultado de un proceso de imposición de las fuerzas más retrógradas en nuestro país de la cual forma parte la administración de la empresa en manos de Carlos Slim, nombrado en distintos años por Forbes como el hombre más rico del mundo y que ha obtenido varias veces ese título gracias principalmente a la corrupción y complicidades en  México que ha sabido utilizar así como la aplicación de su “exitosa” fórmula:  llevar a empresas a la quiebra o comprarlas en quiebra para luego recontratar a los trabajadores despedidos con el mínimo de las prestaciones legales y respaldado por el charrismo sindical y sus contratos de protección.
Y todo esto gracias al neoliberalismo
Como en casi todos los países del mundo, los presidentes salientes y entrantes reciben millonadas de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), etc., para seguir con el círculo vicioso de garantizar el pago de la “Deuda Externa”... Pero en esos dineros hay miles de rubros en donde cada presidente y sus achichincles  pueden robar a carretadas a cambio de apoyar las políticas o “recomendaciones” neoliberales impuestas por estas instituciones. Además, reciben reconocimiento$ de organismos internacionales para fomentar el buen comportamiento de esos gobiernos. También a los ex presidentes, además de sus pensiones millonarias vitalicias, les asignan cargos como asesores o  eméritos con sueldos estratosféricos  (Miguel de la Madrid. Al dejar la silla presidencial, fue director del Fondo de Cultura Económica de 1990 al año 2000; Felipe  Calderón estará adscrito al Programa de Líderes Públicos globales Angelópoulos; además de dar clases, colaborará con otros profesores e investigadores; también, ofrecerá discursos en Harvard,  de acuerdo con el sitio biografiasyvidas.com; Zedillo ha participado en algunos programas de las Naciones Unidas relacionadas con el financiamiento a los países en vías de desarrollo. Fue profesor de la universidad de Yale y actualmente se desempeña como Director del Centro para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale, etc.).

Todos conocemos los términos: “nueva cultura laboral”, “globalización”, “tercerización”, “outsourcing”, “flexibilidad laboral”, etc., pero ¿qué significan? Podríamos resumir  diciendo que son los eufemismos utilizados por los dueños de las políticas económicas mundiales (FMI, BM, G7,etc.) para disfrazar e imponer en todos los países lo que correctamente se llama  Capitalismo Salvaje, la sobreexplotación de los trabajadores para alcanzar los máximos niveles de enriquecimiento como objetivo único, aunque en ello vaya la propia aniquilación del sistema capitalista ,generando caos mundial  en aras de  su argumento central, el “libre mercado”, mismo que deja de ser libre cuando se trata de rescatar bancos o gobiernos corruptos, siempre que estos garanticen la permanencia del Capitalismo Salvaje.

Sabemos también, que la política laboral es otro medio por el que se nos impone el ahora llamado “Neoliberalismo”.

No sirve el neoliberalismo
Por lo tanto, lo que  tenemos que hacer es combatirlo haciendo lo posible para que nuestro sindicato no se convierta simplemente en otro instrumento del capital consolidando la “Nueva Cultura Laboral” en todo el entorno del gremio telefonista.
En muchos países, tanto de América como de los demás continentes del mundo, se ha demostrado que el sistema capitalista ha equivocado el camino al aplicar como única alternativa el neoliberalismo. Han sido siempre los ciudadanos, los trabajadores, los estudiantes, quienes han tenido que ubicar a las “buenas conciencias” para que corrijan sus métodos so pena de ser destituidos de sus cargos.


Por una participación horizontal
En Telmex los trabajadores miembros del STRM somos los titulares del contrato colectivo y por lo tanto de la materia de trabajo y la Administración debe ceñirse a lo que establece el CCT en su Cláusula 1: “… dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan carácter general…” No puede pasar sobre los acuerdos contractuales; no podemos seguir permitiendo como sindicato que ejecute nuestro trabajo o lo entregue a terceros.
Es urgente recuperar la representación sindical de los trabajadores: todos los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, Comisión Revisora del CCT, Comisión de Productividad, etc. deben entender que su papel es como representantes de los trabajadores, no como “dirigentes”; convocar cuantas veces sea necesario a sus representados en asambleas para informar y respetando los acuerdos emanados de ellas. Ninguna jerarquía puede suplantar la representatividad de cada funcionario sindical. Los comisionados nombrados por el Secretario General de nuestro sindicato, tanto de la Obrero Patronal como de Modernización no deben tomar decisiones en sustitución de los trabajadores.
Para tomar decisiones, tenemos que conocer con detalle la problemática, pero con las bases, porque son los que cotidianamente padecen la mala administración de la empresa.
Muchos de los representantes sindicales han caído en el error de creer que debemos apoyar a la empresa renunciando a nuestros derechos, claudicando en la lucha social. La empresa nos ha sustituido por contratistas; eso no es solidaridad, ella quiere que sigas trabajando a los 65 ó 70 años pero no reconoce su responsabilidad en los riesgos de trabajo ni en tus enfermedades; no quiere pagar ni premios, ni tiempo extra; quiere que paguemos nosotros hasta el impuesto que le corresponde. Ella sí  tiene muy claro que su papel como empresa es explotarnos al máximo y sin consideración.

¡Recuperemos la participación de los trabajadores en las decisiones del sindicato!
¡”Dirigentes” no! ¡Representantes sindicales sí! '

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