En los centros
operativos, en los centros de tráfico nacional e internacional, en las
oficinas, en comercial, en las centrales telefónicas, y en todas las áreas, la
administración de Teléfonos de México ha
generado un caos administrativo al reemplazar a la mayoría de empleados de
confianza por personal ajeno a la empresa, sin experiencia, sin conocimiento
del proceso de trabajo ni de la estructura de la Empresa. Pero esto no es
casual ni fortuito; para Carlos Slim es mejor un personal administrativo sin
arraigo laboral, sin identidad, sin empatía en
su campo de trabajo.
Al ocupar esos puestos, los supervisores
sin convicción, sin conocimientos ni
experiencia, se convierten en simples instrumentos de gerentes
caprichosos, con la función de contener los reclamos de trabajadores y
representantes sindicales y garantizar principalmente la pérdida, en los
hechos, de muchas prestaciones contractuales: es la aplicación, en los hechos, de un contrato colectivo inferior al
vigente.
La falta de capacitación, la falta de
pago de muchas prestaciones por supuestas deficiencias administrativas u
olvidos, descuentos indebidos, la falta de herramienta, la falta de material,
etc., son despojos disfrazados, robos que día tras día, semana tras semana, mes
con mes, le generan a la empresa utilidades millonarias ya que esto sucede a nivel nacional.
El personal sindicalizado, tanto
activo como jubilado, somos testigos de la inoperante administración de la
empresa, así como del anacronismo en nuestra representación sindical; hemos
venido padeciendo una degradación en nuestra calidad de vida, degradación en la calidad del servicio, en la vida
laboral y en la vida sindical.
El
método slim
Abandonar al cliente, a tal grado que
sean los trabajadores los que se vean comprometidos para satisfacerle sus
necesidades con sus propios recursos, sin costos adicionales, ese ha sido el
método Slim, pero la vocación de servicio de los trabajadores tiene límites, no
pueden garantizar cumplir con todo si no hay recursos materiales y humanos
suficientes.
Solo
un monopolio subsiste sin inversión
Durante muchos años no se quiso invertir
en mantenimiento preventivo ni en infraestructura. Se creó una inercia en los
supervisores de siempre negar el tiempo extra para todo; en fallas masivas era
demasiado el retraso para corregir los daños, el cliente tenía que aguantar
muchos días sin normalizar su servicio sin mayor problema para la empresa.
Hasta nuestros días se tiene muy arraigada la negligencia por parte de los
administradores de Telmex.
Esto viene sucediendo desde hace varios años
apoyándose sobre todo en la creencia de que aun con las llamadas medidas
asimétricas, el monopolio creado por Salinas y Slim tenían las suficientes
complicidades institucionales y la penetración en el mercado nacional de las
telecomunicaciones para permitirle el
control del actual proceso en la aplicación de las nuevas normas en
telecomunicaciones. La realidad es que
hicieron mal sus cálculos: la calidad del servicio ha caído
terriblemente, los precios obviamente no son competitivos y los tiempos para
ver resultados por su repentina decisión de invertir en mantenimiento
correctivo, (mas no preventivo), son muy cortos, insuficientes.
Esto es resultado de un proceso de
imposición de las fuerzas más retrógradas en nuestro país de la cual forma
parte la administración de la empresa en manos de Carlos Slim, nombrado en
distintos años por Forbes como el hombre más rico del mundo y que ha obtenido
varias veces ese título gracias principalmente a la corrupción y complicidades
en México que ha sabido utilizar así
como la aplicación de su “exitosa” fórmula:
llevar a empresas a la quiebra o comprarlas en quiebra para luego
recontratar a los trabajadores despedidos con el mínimo de las prestaciones
legales y respaldado por el charrismo sindical y sus contratos de protección.
Y
todo esto gracias al neoliberalismo
Como en casi todos los países del
mundo, los presidentes salientes y entrantes reciben millonadas de dólares del
Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), etc., para seguir con el círculo vicioso de garantizar el
pago de la “Deuda Externa”... Pero en esos dineros hay miles de rubros en donde
cada presidente y sus achichincles
pueden robar a carretadas a cambio de apoyar las políticas o “recomendaciones”
neoliberales impuestas por estas instituciones. Además, reciben reconocimiento$
de organismos internacionales para fomentar el buen comportamiento de esos
gobiernos. También a los ex presidentes, además de sus pensiones millonarias
vitalicias, les asignan cargos como asesores o
eméritos con sueldos estratosféricos
(Miguel
de la Madrid. Al dejar la silla presidencial, fue director del Fondo de Cultura
Económica de 1990 al año 2000; Felipe Calderón estará adscrito al Programa de Líderes
Públicos globales Angelópoulos; además de dar clases, colaborará con otros
profesores e investigadores; también, ofrecerá discursos en Harvard, de acuerdo con
el sitio biografiasyvidas.com; Zedillo ha participado en algunos programas de
las Naciones Unidas relacionadas con el financiamiento a los países en vías de
desarrollo. Fue profesor de la universidad de Yale y actualmente se desempeña
como Director del Centro para el Estudio de la Globalización de la Universidad
de Yale, etc.).
Todos conocemos los términos: “nueva
cultura laboral”, “globalización”, “tercerización”, “outsourcing”,
“flexibilidad laboral”, etc., pero ¿qué significan? Podríamos resumir diciendo que son los eufemismos utilizados por los dueños de las políticas económicas
mundiales (FMI, BM, G7,etc.) para disfrazar e imponer en todos los países lo
que correctamente se llama Capitalismo
Salvaje, la sobreexplotación de los trabajadores para alcanzar los máximos
niveles de enriquecimiento como objetivo único, aunque en ello vaya la propia
aniquilación del sistema capitalista ,generando caos mundial en aras de
su argumento central, el “libre
mercado”, mismo que deja de ser libre cuando se trata de rescatar bancos o
gobiernos corruptos, siempre que estos garanticen la permanencia del
Capitalismo Salvaje.
Sabemos también, que la política
laboral es otro medio por el que se nos impone el ahora llamado “Neoliberalismo”.
No
sirve el neoliberalismo
Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es combatirlo haciendo lo
posible para que nuestro sindicato no se convierta simplemente en otro
instrumento del capital consolidando la “Nueva Cultura Laboral” en todo el
entorno del gremio telefonista.
En muchos países, tanto de América
como de los demás continentes del mundo, se ha demostrado que el sistema
capitalista ha equivocado el camino al aplicar como única alternativa el
neoliberalismo. Han sido siempre los ciudadanos, los trabajadores, los
estudiantes, quienes han tenido que ubicar a las “buenas conciencias” para que corrijan
sus métodos so pena de ser destituidos de sus cargos.
Por
una participación horizontal
En Telmex los trabajadores miembros
del STRM somos los titulares del contrato colectivo y por lo tanto de la
materia de trabajo y la Administración debe ceñirse a lo que establece el CCT
en su Cláusula 1: “… dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando
tengan carácter general…” No puede pasar sobre los acuerdos contractuales; no
podemos seguir permitiendo como sindicato que ejecute nuestro trabajo o lo
entregue a terceros.
Es urgente recuperar la representación
sindical de los trabajadores: todos los miembros del Comité Ejecutivo Nacional,
Comisión Revisora del CCT, Comisión de Productividad, etc. deben entender que
su papel es como representantes de los trabajadores, no como “dirigentes”;
convocar cuantas veces sea necesario a sus representados en asambleas para
informar y respetando los acuerdos emanados de ellas. Ninguna jerarquía puede
suplantar la representatividad de cada funcionario sindical. Los comisionados
nombrados por el Secretario General de nuestro sindicato, tanto de la Obrero
Patronal como de Modernización no deben tomar decisiones en sustitución de los
trabajadores.
Para tomar decisiones, tenemos que
conocer con detalle la problemática, pero con las bases, porque son los que
cotidianamente padecen la mala administración de la empresa.
Muchos de los representantes
sindicales han caído en el error de creer que debemos apoyar a la empresa renunciando
a nuestros derechos, claudicando en la lucha social. La empresa nos ha
sustituido por contratistas; eso no es solidaridad, ella quiere que sigas
trabajando a los 65 ó 70 años pero no reconoce su responsabilidad en los
riesgos de trabajo ni en tus enfermedades; no quiere pagar ni premios, ni tiempo
extra; quiere que paguemos nosotros hasta el impuesto que le corresponde. Ella
sí tiene muy claro que su papel como
empresa es explotarnos al máximo y sin consideración.
¡Recuperemos la
participación de los trabajadores en las decisiones del sindicato!
¡”Dirigentes” no! ¡Representantes sindicales sí! '
No hay comentarios:
Publicar un comentario