Fibra Sindical No. 5
“… los salarios
mínimos deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un
jefe de familia, en el orden material, social y cultural, para prever a la educación
obligatoria de los hijos.” Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Art. 123
En nuestro país el
salario mínimo es de $70.10. Por hora se paga a $8.76. Los gobiernos priistas y
panistas al servicio de las grandes corporaciones monopólicas lo han mermado
hasta encontrarse incluso en un 36% por debajo de la línea de pobreza. Más
bien, deberíamos decir que es un salario que nos hunde en la miseria. Por
décadas han mermado la calidad de vida de los trabajadores, privándonos del
producto de nuestro esfuerzo. Los especialistas dicen que desde 1976 a la
fecha, el salario mínimo ha perdido más del 70% de su poder adquisitivo. ¿Dónde
quedó el mandato constitucional que establece que deberá ser suficiente para
satisfacer las necesidades normales en el orden material, social, educativo y
cultural?
El pasado mes de agosto se celebró en la Ciudad
de México un foro internacional que analizó esta situación, que entre muchos
otros aspectos reveló que el salario mínimo de los trabajadores no calificados
debería ser de entre 8 mil y 11 mil pesos mensuales. Pero a pesar de este
resultado, a la hora de las propuestas el anfitrión convocante, el Gobierno del
Distrito Federal, se quedó corto al proponer que pasara a $80.00.
México es uno de los países que cuenta con los salarios más
bajos. En la OECD ocupamos el último lugar y en el registro de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) estamos entre los últimos lugares. Pero a
cambio, somos el país subdesarrollado con más multimillonarios en la listas
mundiales de los hombres más ricos y donde los funcionarios ganan como si
fueran reyes, como se puede ver en el Cuadro.
Pero lo que ya no da coraje, sino lástima, es
ver que Hernández Juárez, a través de la UNT,
incluso se opusiera a esta propuesta de aumento emergente, remitiéndola
a los aumentos de la productividad. ¡Cuán alejado de la realidad se encuentra
este señor! Pero reculó. En la pasada Convención, al acercarse al Jefe de
Gobierno del DF e invitarlo a este evento, el secretario general terminó apoyando
la iniciativa.
Es lamentable que quien se dice ser un “dirigente
democrático” con una política “de vanguardia” sea tan reaccionario con las
necesidades vitales de los trabajadores. No comprende –puesto que en realidad
la camiseta que defiende es la de los grandes empresarios- que al luchar por
elevar el salario mínimo en los términos de la Constitución, eso coadyuvará a
que mejoren sustancialmente los salarios de
todos los trabajadores mexicanos. Pero si incluso el salario de los
telefonistas ha mermado su poder adquisitivo sobre todo a raíz de la
privatización de la telefonía, con la complicidad de este líder eterno, no
podemos esperar algo distinto de su actuación fuera de nuestro sindicato.
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