Molestia e indignación corrían de boca en
boca por la sala de trabajo al enterarse del acuerdo que tomaron empresa y el
Comité Ejecutivo Nacional en torno a la
jubilación. Aunque se trata de una revisión salarial, hace años que la dupla de
firmantes que acuerdan nuestras condiciones de trabajo aprovechan esta
coyuntura para mutilar nuestro contrato. Nuevamente el tiempo de permanencia en
la empresa ha sido modificado: La nueva disposición indica que el personal de
nuevo ingreso se podrá jubilar a los 65 años de edad y que continuará el Plan de Permanencia Voluntaria y el Orgullo Telmex con las mismas presiones
y la misma estigmatización.
En tiempos ya idos, la agónica democracia
que patinaba a nuestra agrupación ordenaba hacer una votación por escrito en
que se aceptaba o rechazaba la propuesta de la empresa, pero eso era antes. Hoy
nos tenemos que enterar de las nuevas disposiciones por la prensa o por los
órganos de difusión de la empresa.
Ni
en tiempos del anterior charro, Salustio Salgado, se llegó a dar una traición
de este tamaño al gremio. Por mucho menos que eso el anterior charro del
sindicato fue expulsado con el llamado Movimiento 22 de abril en 1976. ¿Acaso
hoy no tenemos el coraje de los telefonistas de antes? ¿Estamos destinados a
aceptar, con la cabeza gacha, lo que la familia en el poder y los dueños nos
impongan?
Ahora es el
momento de inconformarse, de reclamar, de proceder con los argumentos legales y
políticos en la mano. De lo contrario, dispongámonos a estar atados con Telmex
hasta la muerte.'
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