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lunes, 24 de junio de 2013

Después de la huelga, las tentativas de represión... pero persiste la negativa al reparto de los remanentes



La huelga que realizaron los 189 trabajadores de la Caja de Ahorro duró nueve días durante los cuales se desató una campaña difamatoria en su contra, encabezada por el Consejo de Administración y por el Secretario General del STRM. La desinformación y mentiras llegaron a tal extremo que lograron sembrar el desconcierto entre los socios y, en el peor de los casos, una franca condena de un sector de telefonistas que, azuzados por representantes y comisionados sindicales, casi promovían la agresión directa a los huelguistas
¿Por qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo?
Sabido es que la demanda por el fondo de retiro de los  trabajadores no significaba más del 0.017% de los remanentes que obtuvo la Caja de Ahorro en el ejercicio 2012 y que se gasta más en los regalos a los delegados a la asamblea anual, a las convenciones y otros gastos superfluos que lo que se invertiría en satisfacer las demandas justas de estos trabajadores. Entonces, ¿por qué sucedió que TODO el aparato de control del STRM se volteó en una campaña patronal en contra de 189 trabajadores?
Cabe aclarar que en teoría la Caja de Ahorro tiene una autonomía administrativa y de gobierno aparte de la estructura del STRM y que si bien la mayoría de los socios son telefonistas, nada tendría que ver el secretario general del STRM en la conducción de la Caja. Sin embargo, las cosas andan al revés, como en muchos de los aspectos de la vida de nuestro sindicato. Estamos seguros que nada de lo acontecido durante y después de los 9 días de huelga  (Asambleas de Secretarios Generales y Delegados, conferencias y asambleas de la UNT) hubiera sucedido si el escenario del conflicto hubiera sido otro, pero sucede que la huelga aconteció en el punto neurálgico de un gran negocio que, por decir lo menos, no entrega cuentas claras a sus socios y, “a ojo de buen cubero”, la Administración de la Caja, además de incapaz, es manejada por parientes y colaboradores cercanos a Francisco Hernández Juárez. Tales anomalías (falta de transparencia y nepotismo) llegan a alarmar pues sabemos que este tipo de empresas llegan a corromperse a tal grado que defraudan a sus socios.
Se ha acusado a los trabajadores de la Caja de haber revelado “secretos bancarios” y que por lo tanto pueden ser sancionados penalmente –ya antes ha habido despidos injustificados con ese mismo argumento. La violación del secreto bancario sucede cuando se dan a conocer depósitos, transferencias y movimientos de una cuenta individual, pero es una vil mentira que dar a conocer información de los Estados Financieros sea una violación del secreto bancario. La ley obliga a los bancos, cajas de ahorro, sociedades de inversión, etc. a hacer pública esta información y se encuentra a disposición general a través de Internet. Incluso los bancos tienen la obligación de publicar en diarios de circulación nacional sus balances financieros.
Tal amenaza proviene del desmedido interés del Secretario General por mantener un control absoluto sobre la Caja, sobre el Consejo de Administración y el Comité de Vigilancia. ¡Sólo así se explica que la Contralora General (inamovible) sea María Luisa Hernández Juárez, hermana de Francisco, que uno de los hijos de aquella, así como otro hijo de Francisco sean altos funcionarios de la Caja de Ahorro! Revelar estas anomalías, este nepotismo, no constituye un delito al que haya que sancionar, sino un vicio que hay que corregir, lo mismo la falta de transparencia en el manejo de nuestros ahorros.
El colmo de la intromisión del Secretario General en asuntos de la Caja de Ahorro sucedió cuando hizo que la Asamblea de Secretarios Generales y Delegados del STRM del 25 de mayo acordara que esos mismos representantes deberían “salir electos para otra asamblea”, pero de socios convocada para el 8 de junio donde se supone se ajustarían cuentas contra los trabajadores. ¡Nada más alejado del libre derecho de elección que tienen los socios! La elección de delegados por consigna es una práctica antidemocrática y muy persistente durante la dirigencia actual del STRM.
Volviendo al conflicto laboral de los trabajadores de la Caja, es inverosímil que ese conflicto obrero-patronal, como muchos que los telefonistas hemos tenido, llegara a tan desmesuradas medidas coercitivas y de enfrentamiento si no fuera porque este conflicto está siendo utilizado para otros fines muy ajenos a una simple demanda laboral.
Por un lado se pretende tapar el sol con un dedo al querer impedir que haya transparencia de los dineros de la Caja y por la otra se vulnera la autonomía de la misma. Cabe preguntarse: ¿es sólo la pérdida de confianza de Hernández Juárez hacia los trabajadores de la Caja lo que le enfurece y anima a descargar todo el peso del control existente aplicando una clásica actitud patronal ante las demandas que incluso él ha “enarbolado” para los telefonistas? Seguramente que no; tan es así que si fuera cuestión de explicar y de información a los socios, este conflicto NO existiría. Luego entonces, ¿qué otras cosas se pretenden resguardar en relación con la falta de transparencia en el funcionamiento de la Caja de Ahorro de los Telefonistas?
Lo claro hasta ahora es que el Secretario General del STRM pretende crear un ambiente de confrontación ficticio entre los socios. “Divide y vencerás”, reza el adagio popular. Y si esto se promueve, obedece a otras causas y no al conflicto obrero-patronal derivado de la revisión contractual de los trabajadores de la Caja de Ahorro.
La creación de distractores y escaramuzas ha sido una parte del doble discurso que maneja la dirección sindical del STRM. Cada que se acerca un conflicto obrero-patronal de trascendencia, siempre se fabrican los “chivos expiatorios” ad hoc para clamar la “unidad” en torno a las políticas antiobreras de la misma dirigencia y hoy no es la excepción, pues para los telefonistas están aconteciendo hechos de particular importancia para su propia subsistencia como agremiados: las negociaciones que se llevan actualmente sobre las condiciones en que quedará el Contrato Colectivo con Telmex ante las modificaciones de la Ley General de Telecomunicaciones. Las medidas que tanto el gobierno federal como los dueños de la empresa están queriendo imponer pasan por la mutilación de varias de las cláusulas más importantes de nuestro contrato colectivo  con la obvia intención de acabar con las prestaciones sociales que se han ganado en muchos años de lucha y las que de por sí tienen obligación por ley.
Los intereses y derechos de los telefonistas (amparados o no en el contrato colectivo de trabajo) están en muy serio riesgo, pues es de lamentar que falsos salvadores, la desorganización y la cooptación de la voluntad combativa del gremio esté haciendo estragos, pues el control sindical ha procurado mantener en el letargo a un gremio por lo demás combativo y luchador.
Mucho es lo que hay que saber e investigar sobre las decisiones que están afectando al Contrato Colectivo bajo resguardo del STRM, pues las escasas informaciones suponen un conflicto de largo aliento en los próximos meses en donde estarán en juego la permanencia, estabilidad y derechos de los trabajadores telefonistas, incluyendo los de las filiales.



Asociación Mexicana de Trabajadores Activos, Jubilados
y Pensionados “22 de Abril”


Junio de 2013

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