Translate

jueves, 6 de octubre de 2016

La 11ª reelección de Hernández Juárez







La circular de  la Comisión Nacional Electoral del 2 de agosto de 2016 define el proceso donde se consumó la 11ª reelección de Francisco Hernández como “jornada electoral histórica por el número de votos registrados”, que en total contabilizaron 40,740.
Planilla única, Comisión Nacional Electoral a modo del eterno líder y todo el peso del aparato sindical, arrojaron este resultado. Pero, qué decir de la veracidad de este resultado cuando sabemos que:
1.   1.-  Toda la estructura sindical: delegados, coordinadores, comisionados, comités locales y todo el Comité Ejecutivo Nacional metieron las manos en el proceso electoral, cuando el Artículo 85 de los Estatutos, inciso g) prohíbe a los funcionarios sindicales “Hacer propaganda electoral por cualquier planilla o candidatos de los que vayan a sucederlos”
2.    2.-  Usaron la infraestructura del sindicato para promocionar la planilla oficial, como por ejemplo, los vehículos oficiales y las instalaciones sindicales.
3.  3.- Varios miembros del Comité Ejecutivo Nacional y comisionados eternos, así como no pocos miembros de los comités locales se ponen como desesperados a llenar boletas de votación, quesque a escondidas, pero esto ya es un secreto a voces que se ha evidenciado por las planillas opositoras en elecciones anteriores cuando reclamaron legalmente múltiples violaciones en los procesos electorales y cuando una gran cantidad de actas de votación estaban llenadas con la misma letra.
Cuadro de texto: JUAROTZINAPALos telefonistas con derecho a voto somos por lo menos 54,000, según las cifras del propio Comité Ejecutivo Nacional. Entonces, según este dato, no fue una votación histórica, como la califica la Comisión Nacional Electoral en su circular, sino que votó el 75.4%. Pero si descontamos los votos anulados, solamente el 74.5% votó por la verde.
Se dirá: pero fueron más de las 2/3 partes. Sí, claro, pero ¿cuántos miles de esos votos fueron inventados, llenados por las manos sucias del fraude?
Tendremos al mismo secretario general otros 4 años, al término de los cuales llegaría al récord de 44 años ininterrumpidos, ayudado con los buenos oficios de la empresa y malgastando las cuotas sindicales para financiar, como siempre, los procesos electorales. Pero no hay mal que dure cien años. Todo depende de ti. 

De por qué el salario no alcanza





Por Jorge Zambrano González



Hoy en día todos estamos endrogados. Personas, gobiernos y empresas recurrimos al crédito con una asiduidad pasmosa que lo hace parecer común y normal. Atrás quedaron los tiempos en que se vivía del salario diario y aún se guardaba dinero para tener un ahorro, una inversión o acaso una diversión de las costosas como los viajes. Como en los tiempos de las tiendas de raya porfirianas, el fruto de nuestro trabajo futuro ya está cedido por los próximos cuatro, cinco o hasta veinte años a las tarjetas de crédito, a los bancos, a las financiadoras o a las “cajas de ahorro” que más bien son cajas de préstamo.
¿Por qué no podemos vivir como nuestros padres y abuelos de la justa retribución de nuestro esfuerzo diario? ¿A qué se debe que una operación como solicitar crédito que antaño se utilizaba sólo para grandes operaciones de dinero, hoy sea tan recurrente y hasta necesaria para mantener un ritmo aceptable de vida?
Una explicación nos la da el erudito Vincens Navarro, Asesor de la ONU y la OMS: “…la necesidad de endeudarse de las familias (es) resultado del estancamiento o descenso de los salarios.”[1] Pareciera una frase de perogrullo: No consigo suficiente lana, ergo pido prestado. Pero no es tan sencillo. En tiempos ya idos se compraba cuando se tenía y si no se tenía no se compraba. Si había alguna urgencia, para eso estaba la familia o el Monte de Piedad. Hoy en cambio nos endrogamos para conseguir auto nuevo o casi, laptop, celulares de vanguardia, procesadores de juegos electrónicos, paquetes de vacaciones, ropa de marca y otras mercancías que no son del cuadro básico, además de las deudas clásicas que son educación, salud y vivienda. Los créditos ya no se dirigen a las necesidades de la población sino a la capacidad de pago futuro. Dependiendo de la lana que ganes o puedas conseguir, será lo que se te ofrezca. Y así para las clases populares están los créditos de Elektra o Coppel, para los sectores medios las tarjetas de crédito y para las clases privilegiadas igual pero sin límite de deuda.
Mas si todos optamos por vivir de prestado ¿quién jijos pone la lana para tanto desarrapado? Recuperemos a Vincens y completemos la frase citada arriba: “El elevado crecimiento del capital especulativo se genera en parte como consecuencia de la escasa rentabilidad del capital productivo, resultado de la escasa demanda causada por la disminución del salario. De ahí que el gran crecimiento del capital financiero se deba a la necesidad de endeudarse de las familias resultado del estancamiento o descenso de los salarios. Por otra parte, la baja rentabilidad del capital productivo es lo que genera el crecimiento de la inversión financiera especulativa.”[2]
 Así las cosas, la cadena que va abriendo la brecha entre magnates y trabajadores se genera con la menor capacidad del salario que conduce a menos ventas que conduce a desplazar el capital productivo al financiero, lo que conduce a ofrecer más créditos, que nos lleva a hipotecar nuestras futuras ganancias lo cual hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.
Un ejemplo muy burdo sería que Grupo Carso contiene el aumento salarial en Telmex porque la empresa no genera las ganancias de antes; mejor invierte el dinero en ofrecer créditos para autos por medio de Inbursa, lo que si le deja pingües ganancias. A su vez, el telefonista no tiene suficiente sueldo para ahorrar y comprarse un auto nuevo, recurre a Crediauto de Inbursa; eso le va a salir más caro que comprándolo al contado e hipoteca su futuro sueldo. Así no puede ahorrar, de modo que cuando necesite otro auto nuevo, deberá recurrir a Crediauto de Inbursa, pagando los respectivos intereses.
Todo esto de apretarse el cinturón y contener los salarios empezó con el gobierno de López Portillo, pero se volvió norma en los subsecuentes gobiernos noeliberales.
Por todo eso podemos creerle al articulista José Blanco cuando dice que “La base de la crisis actual está en el conflicto capital-trabajo, y debe enfatizarse que el capital ha estado ganando la lucha de clases diariamente, creando la crisis financiera, económica y social que se conoce como Gran Recesión”[3]
Y como dice Vincens, “Por mucho que se intente silenciar, la lucha de clases continua siendo, como bien dijo Karl Marx, el motor de la historia


Fibra Sindical. Órgano de La Asociación Mexicana de Trabajadores Activos, Jubilados y Pensionados 22 de abril, A.C., afiliada a la Nueva Central de Trabajadores. Comité Editorial: Jorge Zambrano González. (Querétaro, Qro.); Arturo Figueroa Saucedo, (Hermosillo, Son.); Hugo Márquez Madrigal (Lagos de Moreno, Jal.); Jesús Cuevas Ortiz, Melesio Ávalos Méndez, Miguel Ángel Lara Sánchez, Pablo Ángel Lugo Colín,  Ramón E. Félix Vázquez, Rosa María Ortiz Camacho y C. Benito Méndez Castro (Sección Matriz).
Correo de la Asociación:
Facebook: jubiladosypensionadosac
Los artículos firmados no necesariamente reflejan la opinión del Comité Editorial.



[1] Navarro Vincens. Citado por José Blanco en: El lado oscuro de la desigualdad y la crisis. La Jornada. Martes 2 de febrero 2016, Pág 14
[2] Ibid.
[3] Ibid